Su periplo por Rusia podría ser el guión de una nueva aventura de Tintín. Fernando Casares, habituado a luchar contra los elementos, sonríe. No en vano, él es el referente del sable español que un día se levantó sin marca España.
Andrés Armero.- Ser el número uno del ranking nacional y estar entre los 14 mejores tiradores del mundo no basta para que Casares sea convocado por el equipo español. "Es una decisión del responsable. Al final, se da esta situación curiosa y no compito con el resto del equipo nacional. Yo hago méritos individuales para ir a los campeonatos, pero es una pena no poder ayudar a los demás compañeros en las competiciones por conjuntos", apunta.
En los SportAccord World Combat Games, el sablista cayó en primera ronda contra el alemán Benedikt Wagner por un ajustado 15:12. Más no se le podía pedir tras el "viaje más accidentado" de su dilatada trayectoria deportiva. Casares salió de Madrid el martes a las 4:00 de la mañana y llegó a su hotel de concentración en San Petersbugo el miércoles a la una de la madrugada. "Perdí la conexión en Ámsterdam y tuve que volar a París, para allí coger el avión que me trajo a Rusia", comenta como si se tratase de una adivinanza. "Además, me perdieron la saca".
Una griega en su habitación
Casares ejerció de buen samaritano, viajando con el documento que necesitaba el luchador del equipo nacional de MMA Roman Stakhuv para regresar a España, pero a pesar de su buena obra el destino se cebó con él. "Llegué a mi cuarto, encendí la luz y... ¡Boom! Una griega durmiendo en mi supuesta cama", señala antes de concluir el relato del primer día: "Hasta las 3:00 no me asignaron otra habitación".
La odisea se prolongó durante todo el miércoles. "Ya me había hecho a la idea de que no recuperarían mi saca y me dediqué a pedir a todo sablista que pasaba por mi vera un 'retal' diferente para completar lo necesario para competir", explica. Eran las 22:30 cuando Casares recibió la llamada de la compañía aérea."¿Tenéis mi saca? Ahora bajo a recepción a buscarla", narra. Nada más lejos de la realidad. "El servicio de entrega había finalizado y debía ir otra vez al aeropuerto para recuperarla", asevera antes de poner otra nota de humor a su narración tragicómica: "¡Y eso que el karma me debía una por traer los papeles de Roman!"
Un año de película
El jueves por la mañana, Casares se quedó fuera de la competición a la primera, pero dio la cara: "Tenía muchas ilusiones depositadas en este campeonato. No hay disculpa que valga, me ha ganado y punto". Tras conquistar Madrid y ser tercero en Budapest, "la meca de esto", el español encara con ilusión un futuro que podría desembocar en Río. "El año pasado estaba de ciento y pico del ranking por circunstancias. Ahora, ya entre los mejores, creo que puedo clasificarme para los Juegos", manifiesta.
El referente del sable español, con estudios de marketing, demuestra día a día sus conocimientos comerciales con su propio caso de éxito. Casares es capaz de atraer a seis colaboradores diferentes en un deporte como la esgrima. Todos ellos privados, "sin percibir beca alguna". Mientras su cuerpo aguante seguirá siendo, compita o no con el equipo nacional, uno de los símbolos de la esgrima en España.
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1 comentarios :
Angel Rodriguez dijo: Podias hacer un buen guión para una pelicula, despúes de las peripecias que te han ocurrido, seguro que tendrias más apoyo que la FEDERACION te brinda.Un abrazo y muchos exitos, veras como vas a las Olimpiadas CAMPEON.
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