David González.
El fin de semana del 3 de marzo ha tenido lugar una nueva edición de esta tradicional carrera por montaña, reuniendo como viene siendo habitual a la casi totalidad de los corredores montañeros de la zona centro.
Las previsiones durante la semana no eran muy halagüeñas en lo que a la predicción meteorológica se refiere, dando lluvias para el domingo.
Pero afortunadamente, y aunque el día se levantó muy gris, la temperatura fue estupenda y aguantó sin llover toda la carrera.
Una de las cosas que se notan en el ambiente precarrera es la calma que se respira; cuando la organización dice que vamos a salir, tranquilamente nos situamos en una línea imaginaria, sin prisas, dan unas pequeñas recomendaciones, y salimos todos juntos, de forma neutralizada por la policía municipal, los 500 metros que nos llevan a las afueras del pueblo. Allí reagrupamiento y ya sí, todos a correr.
El primer kilómetro y pico es de subida y no precisamente suave, con lo que más de uno aquí hace un esfuerzo que luego le pasa factura. Se abandona la pista y comenzamos a alternar tramos de sendero, siendo todo el recorrido muy divertido y bonito.
Hay continuas subidas y bajadas y falsos llanos que obligan en los primeros kilómetros a saber reservar fuerzas para la segunda parte del recorrido.
La primera subida y más importante se inicia sobre el km 10 por un bonito sendero entre pinos y encinas, que nos lleva a la máxima cota de la carrera (1.208 m de altura). Aquí hay un tramo de llaneo por pista donde se corre rápido durante unos 3 km, para luego atravesar una empapada pradera y alcanzar un avituallamiento de sólido, pero como estamos donde estamos, un trozo de membrillo, un cacho de plátano, líquidos y a seguir.
Las previsiones durante la semana no eran muy halagüeñas en lo que a la predicción meteorológica se refiere, dando lluvias para el domingo.
Pero afortunadamente, y aunque el día se levantó muy gris, la temperatura fue estupenda y aguantó sin llover toda la carrera.
Una de las cosas que se notan en el ambiente precarrera es la calma que se respira; cuando la organización dice que vamos a salir, tranquilamente nos situamos en una línea imaginaria, sin prisas, dan unas pequeñas recomendaciones, y salimos todos juntos, de forma neutralizada por la policía municipal, los 500 metros que nos llevan a las afueras del pueblo. Allí reagrupamiento y ya sí, todos a correr.
El primer kilómetro y pico es de subida y no precisamente suave, con lo que más de uno aquí hace un esfuerzo que luego le pasa factura. Se abandona la pista y comenzamos a alternar tramos de sendero, siendo todo el recorrido muy divertido y bonito.
Hay continuas subidas y bajadas y falsos llanos que obligan en los primeros kilómetros a saber reservar fuerzas para la segunda parte del recorrido.
La primera subida y más importante se inicia sobre el km 10 por un bonito sendero entre pinos y encinas, que nos lleva a la máxima cota de la carrera (1.208 m de altura). Aquí hay un tramo de llaneo por pista donde se corre rápido durante unos 3 km, para luego atravesar una empapada pradera y alcanzar un avituallamiento de sólido, pero como estamos donde estamos, un trozo de membrillo, un cacho de plátano, líquidos y a seguir.
David entrando en la meta de Cebreros. |
Bajada larga, técnica, con piedras sueltas que va zigzageando la empinada ladera del barranco y que nos va bajando al curso del rio, para después volver a subir poco a poco a la siguiente dificultad importante del recorrido, el cerro Castrejón, que afortunadamente no es muy largo, pero si vas justo de fuerzas, esta subida se puede hacer muy dura. Además hay que progresar entre grandes bloques de piedra en su parte final, para luego alcanzar un último repecho entre bosque que ya representa el final de la subida, y que a partir de aquí se inicia una larga bajada de 4 km por un sendero repleto de cantos, piedras y bloques, que obliga a utilizar una buena técnica de bajada para poder correr
rápido y quitar segundos al crono.
Entrada al pueblo, 500 m y entrada triunfal en meta en 2h06´35¨, 74º en la general y 47º en la senior.
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