El dulce sabor del éxito
Raúl Márquez, campeón del mundo de kickboxing
Texto y Fotos: José Angel Rodríguez
Raúl Márquez se presentó en el Mundial de Grecia
gracias a la ayuda económica de varias empresas locales y de sus compañeros del
Club Karate Aranjuez. No les defraudó y regresó con el oro. Aunque huye de la
inevitable etiqueta de ser uno de los herederos del decacampeón del mundo de
kickboxing José Antonio López, “Josete”, de momento ya disfruta de sus dorados
laureles del Olimpo.
Raúl Márquez tiene más
efigie de torero antiguo que de ser uno de los púgiles del Club Karate Aranjuez
que al cobijo de las enseñanzas del maestro Antonio Díaz y de “Josete” ha ido
creciendo hasta llegar a ser campeón del Mundo de semi-contact hace unos días
en Santorini (Grecia). Este futuro ingeniero de Sistemas Audiovisuales rompe su
semblante aparentemente serio a las primeras de cambio en cuanto se prepara
para la foto…
P. 21 años y campeón del mundo. ¿Te lo imaginabas no
hace mucho?
R. La verdad es que ha
sido un sueño que tenía desde chiquitito. Ver cómo se ha ido cumpliendo poco a
poco siendo primero campeón de Madrid y luego de España era ya un logro. Ir al
Mundial y conseguirlo ha sido lo máximo.
P. Además lo tuyo ha sido llegar y besar el santo.
Debut internacional y medalla de oro.
R. Exacto. Ha sido una
experiencia increíble. Fui con la expectativa de ver hasta dónde podía llegar,
sin saber el nivel que me iba a encontrar allí y la verdad es que impresiona.
Pero una vez que tienes el toro delante (sonrisas)
no te queda otra…
P. Lo tuyo es, de nuevo, el triunfo de la cantera del
Club Karate Aranjuez…
R. Empecé con karate
cuando tenía 5 ó 6 añitos con el maestro Antonio. Después decidí pelear pero
mis padres lo vieron como algo prematuro. Cuando cumplí los 18 di el paso, así
que llevó unos cinco años de kickboxing y tres de competición.
P. Como no se cansa de repetir “Josete”, el karate le
ha servido de muy buena base para esta otra disciplina…
R. Es cierto. Las técnicas
básicas son prácticamente las mismas y sólo hay que adaptar un par de cosas.
P. Muy mal no te ha debido ir la fórmula porque ya
sumas un buen palmarés.
R. Soy siete veces campeón
de Madrid. Lo fui de light en 2011 y he hecho doblete de semi y de
light-contact desde 2012. También doble campeón de España este año con
subcampeonatos los tres años anteriores.
P. De las dos modalidades que practicas, ¿cuál
prefieres, el semi o el light-contact?
R. Semi me gusta más. Lo
veo como un juego, no es de tanto contacto. También te llevas golpes (risas) pero es más emoción, rapidez,
exhibición técnica. Light es más combativo dentro del contacto controlado. El
semi tiene mucho de estrategia. Me gusta más esa parte de jugar con el aspecto
de cabeza más que con el físico.
P. Descarto pues tu paso futuro a full-contact…
R. Realmente el
light-contact que se practica en España no tiene nada que ver con el que se
practica fuera. Aquí es un light como debería ser: potencia controlada. Pero a
nivel internacional ese límite está más diluido y los árbitros incluso son más
permisivos con los golpes. En semi España es una potencia pero fuera son unos
fenómenos en low, full, koshiki… Otro mundo son los checos, los ucranios, los
de Azerbaijan… gente que sólo se dedica a esto
P. Llegas al Mundial por tus propios medios, gracias
al apoyo de varias empresas locales y de tus compañeros de gimnasio…
R. La selección española
ha sido de ocho competidores y dos técnicos, de los que sólo dos han viajado
con todo pagado. Es el problema de todos los deportes minoritarios. En Aranjuez
que se lo pregunten por ejemplo a los piragüistas.
La verdad es que debo el
Mundial y parte de la medalla al gimnasio y a los comercios que me han apoyado.
Entre viaje, hostal, inscripción, pasaporte deportivo, material… los gastos son
de unos 1.500 euros y sin ellos no hubiera podido ir. Ha sido una lección de
humanidad que me ha sorprendido mucho. Ten en cuenta que me presentaba como un
novato que tiene esa oportunidad y que iba a probar. Por eso la gente no ha
sido de diez sino de quince (sonríe).
P. Te plantas en el Mundial un tanto a ciegas…
R. La primera sensación
que tuve fue la de tener muchas ganas. De salir a comerte lo que fuera (sonríe). Había entrenado mucho y tenía
ganas de ponerme los guantes. Los nervios los iba soltando en el calentamiento.
Son momentos en los que piensas en el combate y que salga como has entrenado en
el gimnasio. A ciegas del todo no iba porque hablaba con Antonio y “Josete” con
el móvil y me iban aconsejando sobre la marcha, hasta en detalles como los
estiramientos o en cómo controlar los nervios. Tener a un predecesor que sepa
tanto y que esté tan metido en esto ha sido una gran ventaja. El camino que él
tuvo que ir descubriendo nosotros lo tenemos hecho.
P. Tu debut te deja un regusto amargo.
R. Sí. En el primer
combate de light me tocó un ucranio que después fue campeón. De la potente
escuela de aquel país, “Josete” ya peleó con él el año pasado y me había
avisado de cómo trabajaba. El combate salí a hacerlo como había entrenado y con
mi forma propia de pelear y a mi parecer lo hice bien. Los jueces le dieron
ganador a él y ya está. Me quedé con la espina.
P. A la primera de cambio fuera del Mundial. ¿Te
sobreviene entonces la presión de tener que jugártelo todo en semi?
R. Al día siguiente tenía
las eliminatorias de semi y fue momento de cambiar totalmente el chip, de
decir: `mi Mundial comienza otra vez de cero´. La derrota en light tampoco
había sido humillante. Fue algo más subjetivo, así que en semi fui a por todas.
P. Y allí estás tú listo para no volver de vacío…
R. Tuve la suerte de
quedar exento en una ronda y en semifinales me tocó un jordano, un hombre muy
difícil de pelear sobre todo al principio. Pelean muy raro (risas). En semi hay unas forma de pelear
más o menos seguidas por todo el mundo, que si de lado, que si la guardia de
tal manera… Pero éste seguía su propio estilo y hasta que le pillas el truco (más risas)…
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Raúl en la entrada del Club Karate Aranjuez. |
P. Entra aquí lo que comentabas antes del juego, de la
estrategia…
R. Exacto. En segundos. En
los dos primeros que ves cómo forma la guardia o cómo se coloca ya decides el
tipo de combate a realizar. Es como un problema que tienes que resolver en dos
minutos de pelea. Si lo solucionas pronto tendrás más tiempo para divertirte y
si no, estarás sufriendo hasta el final.
P. La final, española, no se pudo celebrar por lesión
de tu contrincante. Una pena, ¿no?
R. Me hubiera encantado
disputar la final. Así se queda en una experiencia al que le falta el remate.
Es un compañero de selección con el que ya había peleado antes en otras
categorías. Siempre me ha gustado pelear con él porque es muy bueno y yo este
año estoy muy bien, así que quería medirme con él.
P. Heredas entonces el título en modalidad y peso (-65
kilos) de “Josete”. Menudo fardo…
R. (Risas). Tuvimos la broma de que era su relevo. Lo piensas y te
dices: ‘joer, se dice pronto… pero esto es muchísimo’. Yo tengo uno, ahora hay
que llegar a diez (más risas).
P. El maestro me ha soplado que te sientes más cómodo
en este peso.
R. La verdad es que sí.
Hay que llevar el peso de la competición en el pesaje de por la mañana y en el
anterior iba un poco justo. Los días antes tenía que hacer dietas, no pasarme
en refrescos, con ciertas comidas… y ahora como de todo. ¡Genial! (sonrisa).
P. Mira, una de las cosas que te ha cambiado. ¿Qué más
cambiará con el título colgado del pecho?
R. A mi no me cambia nada
más, que sigo viniendo a mis clases con mis compañeros… (risas). Ahora sí me tendrán puesto más el ojo los entrenadores y
competidores rivales. Ya me conocían por los anteriores Campeonatos de España
pero ahora dirán: ‘mira, ese el chaval que ha hecho un buen papel en el
Mundial’.
P. Pero, ¿se te abrirán las puertas hacia una beca,
una subvención… al ser un título oficial?
R. No lo se aún. Estoy
viendo a ver cómo encajaría en algún tipo de ayuda de la Universidad Carlos
III.
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El campeón con el maestro Antonio Díaz y "Josete". |
P. ¿Cómo compaginas tus dos actividades, la académica
y la deportiva?
R. Estoy acabando, en 3º y
4º de los cuatro años de carrera, y entreno por la mañana o por la tarde, según
las clases o las prácticas. El equipo de competición entrena los jueves y aquí
llego con la mochila. Es un poco de sobrecarga pero en cuanto coges el ritmo te
acostumbras. Y de vez en cuando, si hace falta, echo una mano con los chavales.
Además este año estaba muy motivado, lo que ayuda mucho. Llegué del Mundial el
lunes por la noche, lo celebré en el aeropuerto, una coca-cola y a estudiar,
que el viernes había examen. En un futuro lógicamente me gustaría dedicarme a
lo que estudio pero no quiero desvincularme nunca del gimnasio, aunque llegará
un día en que tenga que decidir el tiempo que dedicar a cada cosa. He tenido
malas rachas con los estudios y aunque me haya costado más poder venir aquí
siempre que lo he hecho ha sido de diez. Estar aquí me sirve no sólo para mi
vida personal, como gran escuela de valores, sino hasta en la profesional, en
ver cómo enfrentarte a ciertas situaciones.
P. Esos niños del gimnasio tienen ahora otro campeón
del mundo que se cruza con ellos en el pasillo. ¿Qué te dicen?
R. Me dan la enhorabuena y
es una sensación muy reconfortante. Es una motivación extra. Con el
recibimiento en el aeropuerto se me encogió el corazón porque ver allí a mi
familia y a mi club, mi otra familia, fue muy emocionante. Fue un momento
extraño porque cuando salía “Josete” era yo el que gritaba y el otro día cuando
me hacía las fotos con él le decía: ‘soy yo el de la medalla y no tú, qué
raro’. La mitad de esa medalla es para toda esa gente que ha colaborado conmigo
y la otra para el maestro Antonio y “Josete” por el gran trabajo que han hecho.
PD: En
una pared del cuarto de Raúl desde siempre cuelga la medalla más importante.
Tras unos años de espera a la de Madrid le sustituyó en su día la de España. A
ésta apenas le ha dado tiempo a disfrutar de su hegemonía. La del Mundial ocupa
ahora su lugar. El año que viene quizá tenga compañeras a su vera.
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