La crisis sanitaria por el Coronavirus ha cambiado la forma de enfrentarse al entrenamiento y la práctica deportiva. La mascarilla es imprescindible pero hay que saber cómo utilizarla.
Para prevenir contagios y evitar la propagación del Covid-19 durante la práctica de ejercicio físico se debe hacer uso de la mascarilla siguiendo la normativa vigente y sin descuidar el resto de medidas de seguridad sanitaria.
Lo primero es elegir bien la mascarilla (sin válvula) adecuada al tipo de ejercicio que se va a realizar y asegurarse de que se ajusta bien, que no se mueve al jugar y que no se pega a la boca ni se tiene dificultades para respirar.
La mascarilla se ha de evitar contaminarla con el tacto, así que se ha de colocar y retirar desde la parte de atrás. Y en caso de retirarla en un momento dado, cuidado con la distancia de seguridad entre personas.
Durante el ejercicio es importante discernir entre la sensación de confort y el rendimiento, que aunque en la mayoría de los casos no influye se ha constatado que algunos modelos como las FFP2 sí influyen. En todo caso, si se presenta malestar, exceso de fatiga, mareos u otros síntomas extraños se ha de cesar la actividad inmediatamente.
A situación nueva, nuevo entrenamiento. Se deben adaptar las sesiones efectuando los esfuerzos de forma progresiva e intercalando descansos y momentos de hidratación de manera más frecuente a lo habitual con mayores precauciones ante los ejercicios de más intensidad.
Finalmente, no se deben reutilizar los modelos desechables y la mascarilla se ha de cambiar por otra si se ensucia o humedece.
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