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Héctor Anabitarte
Héctor Anabitarte
Jugador de fútbol condenado a muerte en Irán, finalmente condenado a 26 años de cárcel. Se trata de un asesinato, víctima de un juicio ilegal, sin ninguna posibilidad de defensa, acusado de la muerte de tres policías en el trascurso de una manifestación organizada por mujeres para protestar por el asesinato de una joven que llevaba de manera incorrecta el velo obligatorio: para eso está la Policía de la Moral.
Amir Nasr Azadani fue acusado además de "estar enemistado con Dios". Su entrenador, John Toshack, que lo conoce muy bien, sorprendido, asegura que eso no puede ser. En Irán la pena de muerte es algo habitual: el campeón de lucha fue ahorcado y las ejecuciones se hacen en público, el terror como política de estado. Y también hay otro asesinado, un jugador de fútbol palestino, Ahmed Draghma, por parte del ejército israelí, la FIFA tampoco se enteró.
La FIFA de estas cosas no se entera. Con el Mundial en todos los medios de comunicación hubiera sido muy oportuno pedir por la libertad de Amir, al menos conmutar la pena, pero la FIFA está en su mundo, en ignorar los derechos humanos y hacer cuantiosos negocios sospechosos.
El Sindicato Internacional de Futbolistas (FJFPRO), que representa a 65.000 socios, sí se manifestó en defensa de Amir. A todo esto los Messi, los Mbappé, nada tendrían que decir, viven en su gloria tan satisfechos, mirándose en un espejo. En Argentina han firmado por Amir miles de personas, no hace falta ser futbolero para ser solidario.
En gran parte, gracias a la incansable labor de Amnistía Internacional, muchos estados han renunciado a ejercer la pena de muerte, y algunos no la derogan pero suspenden las ejecuciones. Según A.I. en 2021 se ejecutó a 579 personas, 314 en Irán. El gobierno iraní niega que haya sido condenado a la pena capital, morir en prisión en este país es una costumbre. No debería sorprender que muriera en la cárcel.
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