El día se nos anunciaba muy bueno para caminar, el cielo parcialmente nublado y cubierto por esa calima que cubría gran parte de nuestros cielos, y una temperatura muy agradable para la marcha.
Llegamos al Área recreativa de «El Chorro», donde comenzábamos nuestra andadura por una pista en continuo pero suave ascenso, siempre acompañados a nuestra derecha por las aguas cantarinas y revoltosas del río Cega.
Nuestro tranquilo y animado paso nos permitía cambiar impresiones con nuestros compañeros y ponernos al día de nuestras andanzas procesionales, así como conocer y darnos a conocer a los nuevos compañeros que recientemente se habían incorporado a nuestro Club.
Por el lateral de nuestro camino íbamos dejando los diferentes refugios (hasta seis) debidamente preparados para una emergencia de montaña. Continuos e inmensos pinares que se abrían a un lado y otro de nuestro camino, así como variados arroyos que dejaban caer sus aguas con ligereza y alegría para el deleite de nuestros oídos y nuestros ojos.
Y así a lo largo de unos 10 km de continuo ascenso llegamos a la cota más alta de nuestro recorrido, 1.840 m habiendo acumulado algo más de 400 m de desnivel. Estábamos en la bonita pradera de Virgen de las Nieves, una pequeña imagen con un pequeño altar de roca donde el tercer domingo de junio celebran una romería los paisanos de la zona. Allí nos acoplamos para dar cuenta de nuestras compartidas viandas.
Tras este descanso y ya recompuestos continuamos con nuestra marcha. Ahora empezaba lo bueno. Comenzábamos el descenso, algunas veces por un pequeño sendero, o simplemente zigzagueando entre el inmenso bosque de pinos. Una parada en el mirador de Cebadillas donde un panel informativo nos ayuda a reubicarnos en la zona.
Continuábamos nuestra marcha, aún quedaba lo mejor. Dirigidos por nuestro guía seguíamos con el exigente y espectacular descenso disfrutando del emocionante laberinto de masa arbórea y caudalosos arroyos que nos llevaría al espectacular «Chorro», donde nos deleitábamos de su impresionante caída.
Fotos y más fotos con las que queríamos dejar nuestro registro de «yo he estado aquí», en este espectacular pasaje.
Qué más podíamos pedir, en un kilómetro escaso siguiendo el descenso del río, sin perder la oportunidad de echar la vista atrás para disfrutar del asombroso espectáculo de sus aguas saltando de piedra en piedra y formando pequeñas gradas donde dar continuación a su apresurado ritmo.
Llegamos a nuestro punto de salida donde nos esperaba nuestro autobús para llevarnos de regreso a casa, eso sí, con una paradita donde tomar unas cervezas y comentar nuestras impresiones sobre la interesante aventura que hemos vivido.
Y ya esperando la próxima que será de todo un fin de semana 19, 20 y 21 de abril por la zona de Ciudad Rodrigo, haciendo un recorrido por la abandonada vía férrea que unía Oporto y Salamanca entre Frageneda y Barca d’ Alva.
Como siempre aquellos que os animéis a conocernos podréis visitar nuestro Blog: https://pandarsendas.wordpress.com y poneros en contacto con nosotros en el correo del Club: cdep.andar@gmail.com
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