Toros de Alcurrucén, disparejos de hechuras, 3º basto de juego, 4º de poca clase, 5º incansable en el embestir y sin ser bravo fue indultado y 6º bronco. Y de El Cortijillo, 1º y 2º nobles de más a menos. Eugenio de Mora: Aviso y estocada (oreja); Pinchazo, media y el toro se echa (oreja). David Mora: Tres pinchazos –aviso-, estocada traserilla desprendida y descabello (ovación); (orejas y rabos simbólicos por indulto). Juan Pablo Sánchez: Estocada (oreja); Pinchazo y estocada desprendida (oreja). Plaza de Aranjuez, 4 de septiembre. Corrida goyesca a beneficio de la Asociación de Lesión Medular. Menos de media entrada.
Texto y Fotos: JOSÉ ANGEL RODRÍGUEZ.
Pues sí, amigos, se descolgó el pañuelo naranja desde la balaustrada bicolor y aquello era el acabose, lo nunca visto en 214 años de historia de la plaza. Enajenación colectiva contagiada al palco donde el encendido trapo acumulaba polvo de siglos. Uno tiene por ahí apuntados –que la memoria es traicionera, la jodía- algún toro más bravo que Sucesor, de Alcurrucén, nº290, 550 kilos, así como castaño, meano, calcetero, bociblanco y ojo de perdiz a quien le van a hacer padre cuando le sanen de las heridas (pocas) recibidas durante su inagotable lidia. Que una cosa no quita la otra.
Sí, el animalito se iba tras la muleta como una jai marbellí detrás de un petroárabe pero bravo, bravo, pues no acabé de verlo. No comprobamos su fiereza durante el espectáculo de Mora encaramado a la acorazada de picar simulando eso, la suerte. Después de unas apretadas gaoneras se le cambió de tercio con dos pares y sendas pasadas y a continuación llegaron los pases de todas las facturas. De todo hubo: calentones de rodillas y circulares invertidos, más profundos los naturales y alguna tanda en redondo… hasta la hora de matar. Ay, amigo, que eso es otro cantar.
El coletudo borojeño que perdió los trofeos del primero por su acerada impericia vio el cielo abierto con el principiante rumor y con el posterior tsunami indultador. Más tandas, el toro que busca refugio en las tablas con la boca abierta, bueyes, chiqueros de par en par, para adentro el burel y las orejas y rabo simbólicos para la historia. Pues ahí queda como pionero hasta que el maestro Chele diga lo contrario.
De Mora templó todo lo que sabe, que es mucho, al primero y su estoconazo le propinó un apéndice. En el cuarto se llevó idéntico premio por porfión e indulgencia plenaria.
El mexicano Sánchez exhibió su toreo seco, cabal y sin alardes ante un topón tercero y sólo pudo oponer la fría técnica al bronco sexto. Oreja y oreja suman dos, y con De Mora, Mora y el mayoral cruzó el umbral de los anales.
¿Se mata o no se mata?