Angel Parra, del Judo Club Aranjuez, acaba de lograr su
sexto entorchado nacional absoluto
consecutivo de judo, coronándose por undécima vez campeón de España. Lo obtuvo
en Pamplona apabullando a sus rivales al vencerles a todos por ippon, a alguno
apenas iniciado el combate. Empero, el afán que a este ribereño tan grande de
cuerpo como de alma le deja insomne es amarrar la plaza para los Juegos
Olímpicos. El Europeo de Rusia es su próxima parada, la que tiene el billete
para Londres.
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Texto y Fotos:
José Angel Rodríguez.
José Angel Rodríguez.
P. Angel, sexto
título de campeón de España absoluto consecutivo… ¿Aún te produce emoción
conseguirlos?
R. Siempre te produce ilusión. Ser campeón de tu país es
importante y además cada vez es más difícil obtener el título. Llevo cuatro
finales seguidas con Víctor Canseco, de Baleares. Yo me hago mayor, él es más
joven y además nos conocemos muy bien. Es cada vez más complicado y por eso lo
valoro siempre mucho. Fíjate, de todas las medallas conseguidas la que mejor
recuerdo me deja es la del primer título de campeón de España absoluto en 2006,
más a lo mejor que la medalla en la Copa del Mundo en la Caja Mágica de Madrid.
Además en esta la alegría fue doble por
toda la afición que vino a verme a Pamplona, más de veinte personas con hasta
Paco Cano de fisio particular mío (risas).
P. ¿Ves amenazado
tu trono?
R. Teóricamente y de momento no, pero en judo nunca hay
nada ni decidido ni definitivo. Este es un deporte que si caes boca arriba
pierdes (sonríe) y hombre, de diez combates no voy a perder los diez pero en
uno sólo se pueden dar muchas circunstancias para que lo pierdas. Aquí no hay
90 minutos como en el fútbol o tiempos muertos como en el baloncesto, aquí te
lo juegas todo en dos segundos y hay muchos factores que pueden hacer que toda
tu sacrificio e ilusiones se esfumen en un momento.
P. Hablas de
preparación. ¿Cómo es?
R. Uff… (resopla y se ríe). Hacemos preparación
física por la mañana y por la tarde, táctica y técnica de judo. Martes y jueves
en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid y lunes, miércoles y viernes aquí en
casa. Después están las concentraciones en el extranjero, que llevo ya unas
cuantas (risas). Si sólo vamos a competir salimos de jueves a lunes y si
vamos además de concentración nos vamos el jueves y regresamos el viernes de la
otra semana con la competición entre medias. En las últimas semanas estuvimos
en Georgia, volvimos a Madrid tres días, fuimos a París desde allí a Viena una
semana más tarde, regresamos tres días, fuimos a Alemania y de allí una semana
más tarde a Praga y vuelta a casa.
P. El nivel
competitivo del judo español, internacionalmente, ¿es verdaderamente de primera
fila?
R. Creo que tenemos muy buenos judokas pero que no
tenemos una buena planificación deportiva. Con los deportistas que tenemos
deberíamos haber sacado mejores resultados de los obtenidos y eso se debe a la
estructura de este deporte en España. No somos profesionales nada más que en
los entrenamientos y en la competición. No podemos dedicarnos a esto para
ganarnos la vida. Aquí la gente estudia, trabaja como policía o fontanero o da
clases como yo mientras que en muchos países de Europa el judoka de nivel internacional
es verdaderamente profesional. Cuando salimos nos preguntan si en un país como
España se vive de nuestro deporte y, la verdad, se asombran de nuestros
resultados siendo absolutamente amateurs. Hay países –suena extraño oírlo- en
que los judokas y atletas de deportes de contacto son como los futbolistas de
aquí. En Georgia, por ejemplo, los niños juegan en la calle a una lucha muy
parecida a la canaria, enganchándose del cinturón del pantalón y esa tradición
les encamina al judo. Eran la cantera de la antigua URSS. En Rusia hay judokas,
luchadores y boxeadores a los que la gente se les echa encima en cuanto salen a
la calle. Son ídolos.
P. Imagino,
además, que la élite nacional será un círculo muy reducido…
R. Pues fíjate si será pequeño, que en las últimas
competiciones internacionales sólo hemos ido dos representantes de España y
hace tres meses íbamos cuatro, los que podemos ir a los Juegos de Londres. En
femenino hay algo más, pero así es la cruda realidad.
R. Es triste decirlo pero así es. En cuanto a las ayudas
económicas tenemos el Plan ADO y la Beca de la Comunidad de Madrid y ninguna
subvención local. Ahora se acercan los Juegos Olímpicos y parece que se
acuerdan algo más de nosotros -como le pasa a todo un campeonísimo olímpico
como David Cal (piragüismo)-, que si hemos traído medallas, títulos y que si
tal… Después pasan los Juegos y volvemos a estar otros tres años sin que nos
hagan mucho caso.
P. Estás en la
cúspide de la pirámide del deporte local actual. ¿Te sientes querido y apoyado
en Aranjuez? ¿Crees que se apreciará más tu carrera una vez que te retires?
R. Bueno, creo que no se valorará ni más ni menos que
ahora. Me conformo con que la gente piense: ese chico fue bueno en judo y es
una buena persona. Eso para mi es más que suficiente. Y sí, me siento muy
querido aquí gracias a mi padre, que es quien siempre está pendiente de mi
desde el principio y en todos los aspectos. Ahora vendrá conmigo también a
Rusia. Cuando te llama para decirte que me voy a tal sitio o que he conseguido
tal éxito, tú lo escribes y la gente lo lee después te muestra su cariño. ‘¿Qué
pasa, campeón?´, te dicen por la calle. Eso es muy bonito, porque son tus
propios vecinos los que te aprecian.
P. Y no es nada
fácil conseguir pasaporte olímpico…
R. En España hay sólo una plaza por peso y hay que
clasificarse entre los 22 mejores del mundo para poder ir a Londres. Las chicas
tienen que estar entre las 14 del mundo. Esto es más difícil de lo que la gente
piensa. Hay un Circuito Olímpico con varias pruebas: de la Copa del Mundo (que
puntúan menos), de Grand Prix (con más puntos), de Grand Slam (la mayor
puntuación detrás del Mundial) y luego los Campeonatos Continentales, que no
dan muchos puntos porque no es lo mismo el Europeo que el de Oceanía.
P. Actualmente
rozas la clasificación para los Juegos…
R. Con un diploma en el Europeo de Rusia –en Chelyabinsk,
a 1.500 km de Moscú, del 25 al 29 de abril- estaría dentro de la lista olímpica
con casi total seguridad, es decir, necesito unos 40 puntos, que es estar entre
la 1ª y la 7ª plaza, pero mejor quedar entre los cinco primeros y evitar
sorpresas. Según acabe ya sabré si voy o no a Londres. La selección española
lleva a cuatro chicos y allí habrá del orden de 45-60 rivales. Con otra
dificultad, ya que en el Europeo puede haber dos competidores por país y peso y
las potencias se van a volcar, así que nos juntaremos casi 700 competidores con
la mayoría jugándose la plaza olímpica. Imagina la presión, aunque llevamos ya
dos meses de presión muy fuerte porque te lo estás jugando todo.
P. En el peor de los casos, ¿puedes ir a los Juegos
aun no obteniendo el Diploma Europeo, no se, por baja de un compañero…?
R. Se puede dar el caso. Ahora las plazas no son por
países sino individuales. Si se cae un letón no va otro del país, sino que
corre el ránking y yo soy, por decirlo así, el primer reserva, algo que ya me
ocurrió en la anterior Olimpiada cuando me quedé a un puesto de ir. Entonces
fueron nueve europeos y yo fui décimo.
P. Tampoco el escenario será el ideal, allí en Rusi.
¿Cuál ha sido el ambiente que más te ha impresionado?
R. París-Bercy con 15.000 personas impresiona y Rotterdam
también, pero de verdad donde más me acojoné fue este año en Georgia (risas).
Imagina a 9.000 forofos que entienden, que gritan, todos vestidos de cuero
negro y con gorro y además te pegas con los de allí… Pensé: de aquí no salgo
vivo (carcajada). Sin embargo después ves que son gente muy cordial
dentro de lo fría que es la gente del este europeo.
P. Con todos los años que llevas en el Circuito
Internacional os conoceréis prácticamente todos los rivales. ¿Quiénes son los
más temibles? ¿Será complicado subir al podio en el Europeo?
R. Ahora mismo hay un francés que es a día de hoy
imbatible, pero rusos, alemanes… En estos niveles ya no quedan rivales cómodos.
Ahora estoy pasando una buena racha como competidor, me siento bien, he
madurado bastante y creo que estoy en ese nivel. Otra cosa es cómo se
desarrolla luego todo. Mira, el judo es un deporte que son sensaciones. Un
atleta lucha contra el reloj. Yo si no me agarro con gente como yo no prospero.
He tenido la suerte de salir muy joven y de tener bastante experiencia pese a
mi edad gracias no tanto a los entrenamientos como a la competición y a que las
lesiones me respetan.
P. ¿Sientes que los rivales ya te respetan más, que ya
no eres aquel niño grande de cuando comenzaste?
R. Sí, sí (risas). Mis compañeros me lo dicen.
Cuando subes al podio varias veces por ahí fuera ya te tienen en cuenta. Ahora
-que me pego con los mejores del mundo- saben que podrán ganar o que podrán
perder, pero que conmigo van a tener que pelear a tope hasta el final. Comencé
a salir en 2006, que no es tanto en tiempo pero sí mucho para mantenerse entre
los mejores y antes los muy buenos me saludaban, entrenabas con ellos y casi
jugabas. Ahora, a alguno que le he ganado le ha cambiado la mirada (sonrisa).
P. Toco madera. ¿Sería una decepción enorme no acudir
a Inglaterra?
R. Deportivamente sería un palo muy gordo. No lo quiero
pensar todavía. Voy a hacer todo lo posible por ir y si no, pues hay vida
después de Londres. No lo consideraría un fracaso total porque tengo la
conciencia muy tranquila. Estoy dándolo todo para acudir y en los niveles que
he alcanzado todo influye. Además lo tengo clarísimo: el día que esto me deje
de gustar lo dejo. Cuando pierda la chispa de tensión, de agresividad, de
respuesta ante el rival me diré: ‘hasta aquí hemos llegado´. Después de Londres
me lo tomaré de otra manera. Si acudo podré casi decir ‘misión cumplida´ como
judoka y descansar un poco, bajar el ritmo, desconectar al máximo para después
seguir como hasta ahora pero abriéndome a otras cosas, como el boxeo,
centrándome más en mis clases o para acabar jugando en el Real Aranjuez, que ya
viste el golazo que marqué en el partido de Basida (gran carcajada).
PD: Mucha suerte, chiquitín.