Eran muchos los elementos a favor del
proyecto ribereño: la tradición deportiva encarnada en el Club Escuela
Piragüismo Aranjuez; un proyecto más sostenible desde el punto de vista
medioambiental, algo que fue muy valorado en la visita que en 2004 hacía a los
terrenos la delegación del COI; un proyecto con menos costes económicos (50
millones de euros frente a 190); e incluso, en esta ocasión, el apoyo de las
federaciones deportivas implicadas, una circunstancia que en 2016 no se
produjo.
Ante esta realidad, parece lógico que cualquier
ciudadano pueda preguntarse por los motivos que han llevado a nuestra ciudad a
ser apartada de la carrera olímpica. Para responderle, es necesario, en primer
lugar, que conozcamos cómo se toman este tipo de decisiones.
La Fundación Olímpica
Para la realización de todos los
trabajos que tienen que ver con la candidatura olímpica, el Ayuntamiento de
Madrid constituyó una fundación en la que se encuentran representados todos los
partidos políticos con presencia en el consistorio de la capital, además de
representantes del Comité Olímpico Español.
En esa fundación siempre ha tenido una
holgada mayoría el Partido Popular. Por tanto, en todas las decisiones tienen
un mayor peso las decisiones de carácter estratégico-políticas que las
meramente deportivas.
Hace cuatro años, en Aranjuez,
gobernaba el Partido Socialista (nótese la diferencia de signo político con
respecto a la mayoría de la
Fundación) y mientras en Getafe existía la unidad
institucional necesaria, en nuestra ciudad había una portavoz del Partido Popular
(hoy alcaldesa) que decía apoyar el proyecto olímpico.
La realidad –y ahí está
la hemeroteca para corroborarlo– es que lo hacía con la boca pequeña, porque a
lo único que se dedicaba era a poner palos en las ruedas, con el único objetivo
de desgastar así al gobierno municipal del PSOE.
Ni el proyecto olímpico, ni el
canal de remo, ni los piragüistas locales, ni Aranjuez le importaban nada. El
mejor ejemplo de su actitud está en su negativa a comparecer en rueda de prensa
junto al alcalde y los portavoces del resto de grupos políticos para rechazar
el cambio en la sede y para apoyar al proyecto ribereño.
La elección de Getafe y el apoyo de la oposición
La que hoy es
alcaldesa, llegó incluso a presentar una propuesta al pleno pidiendo que Getafe
desistiera de sus intenciones de ser sede olímpica. En su afán por desgastar al
gobierno socialista, le acusaba de haberse dejado “madrugar” el proyecto por
Pedro Castro. Y ahora ¿por qué no piden lo mismo? ¿Por qué no instan a Juan
Soler a desistir de los legítimos intereses de su municipio? Una vez tras otra,
a lo único que se dedicó María José Martínez fue a romper la unidad
institucional, tan necesaria para este proyecto.
Ahora, sin embargo, el signo político
es el mismo en todas las instituciones (el Partido Popular gobierna en
Aranjuez, en el Ayuntamiento de Madrid, en la Comunidad de Madrid y en
España) y además la alcaldesa ha contado con el apoyo verdadero de toda la
oposición, sin excepciones ni ambigüedades como las que ella frecuentaba allá
por 2008. Nadie habrá podido escuchar ni una sola crítica.
La inmovilidad de la Delegación de Deportes
Además, el Gobierno Municipal de María
José Martínez cuenta con un concejal que tiene dedicación exclusiva y que no
tiene otra competencia que el área deportiva. Es decir, cuenta con todo el
tiempo del mundo para haber conseguido el que a todas luces debería ser el proyecto
más importante de su delegación.
Tendría que haber llamado a todas las puertas
posibles, contactado con todos los agentes políticos y deportivos, y haberse
movido todo lo necesario para, al menos, tener alguna oportunidad, aunque fuera
mínima, para conseguirlo. Sin embargo, desde junio del pasado año, jamás hemos
tenido esta mínima oportunidad.
Si contábamos con todo a favor, ¿por
qué no hemos sido capaces de conseguirlo? La realidad es tozuda: contamos con
un Gobierno Municipal que no ha sabido o no ha querido moverse en el ámbito
político donde se tomaban estas decisiones.
Anteponer el Partido Popular a la Ciudad
Ha preferido mostrarse sumiso a las
decisiones de sus compañeros de partido antes que pelear realmente por un
proyecto que traería a Aranjuez desarrollo económico, empleo directo y renombre
internacional, y que además sería un fuerte impulso a nuestro deporte, que se
vería directamente beneficiado de las inversiones que siempre se realizan ante
una cita olímpica.
Por desgracia, esto no es nuevo en nuestra
ciudad. Está ocurriendo con el colegio Miguel Puerta o con las privatizaciones
de los centros de Atención Primaria y del Hospital del Tajo, donde nuestra
alcaldesa, a diferencia de otros alcaldes populares, ha decidido ponerse al
abrigo de sus compañeros de partido para no defender los intereses de sus
ciudadanos, demostrando que el cargo de alcaldesa les viene muy grande.
Debe ser que en la calle hace mucho
frío y que, para protegerse, nuestra alcaldesa usa unas orejeras muy grandes que
no le permite oír la voz de la calle. Mientras tanto, sumamos una nueva
oportunidad perdida para nuestra ciudad.