Dicen que el siete es el número de la buena suerte, y el Olímpico Aranjuez se fundó el día 7 del mes 7 del año 2007. Para redondear el círculo, lo crearon un grupo de 17 personas. Los comienzos fueron difíciles, pero, quizá por esos buenos presagios, el Olímpico se han convertido en tiempo récord en uno de los clubs que más han crecido en el baloncesto madrileño con una seña de identidad peculiar: no hay directivos, solo entrenadores, que, en su mayor parte, también son profesores.
Patxi Calvo y Vidal Díaz llegaron a Aranjuez el mismo año, en 1999. Los dos son profesores, Patxi de inglés y Vidal de música, y comparten pasión: el baloncesto. Ambos coincidieron en el Básquet Aranjuez y formaron parte de ese grupo de 17 personas que decidió 'independizarse' del club en el verano de 2007. En el Olímpico Aranjuez, Patxi ocupa el cargo de director técnico y Vidal de presidente, pero "solo porque oficialmente hay que tener cargos -afirma el primero-. En realidad, aquí no hay directivos. Los que gestionamos el club somos los entrenadores, que tenemos nuestros trabajos y dedicamos nuestro tiempo libre a entrenar, que es lo que nos gusta, además de llevar todas las gestiones del club, como las cuentas, la compra de equipaciones o los trámites con la Federación".
El Olímpico Aranjuez en 2007, el año
de su nacimiento. A
rriba, los equipos,
Y así ha sido desde el principio, desde que, en julio de 2007, acudieron a la Comunidad de Madrid para formalizar la inscripción como club deportivo. Patxi recuerda aquel verano frenético y los vaivenes que hubo en apenas dos meses: "Éramos un grupo de entrenadores con muchas ganas e ilusión, pero nada más. No teníamos equipos, dinero ni instalaciones. La primera reunión la hicimos en un bar y después nos juntamos en el patio de mi casa. Al principio pensamos formar un club con el colegio donde trabajo, pero finalmente decidimos ser independientes, no depender de ningún colegio ni de nadie".
La primera sorpresa llegó pronto, con solo dos meses de vida. El Olímpico Aranjuez tenía previsto arrancar la temporada 2007-08 con un equipo senior masculino más una escuela de baloncesto, situada en el colegio San José de Calasanz. Sin embargo, "durante el verano, no sé cómo, empezó a correrse la voz, y recibimos una lluvia de llamadas.
En septiembre, además de la escuela, sacamos seis equipos federados, tres de chicos y tres de chicas". Ese boom inicial sirvió para calmar los recelos iniciales por la aparición de un nuevo club: "Durante el primer año hubo trabas por todos los lados. Parecía que no se veía bien -dice Patxi-, pero, poco a poco fueron entrando en razón. La verdad es que nos ha costado, pero hemos convencido a todos". El director técnico del Olímpico aprovecha para restar importancia al hecho de tener dos clubs en el municipio: "El mismo verano en que nosotros nacimos, el Básquet Aranjuez se fusionó con el SAFA y formó lo que hoy es el Villa de Aranjuez. Hasta 2007, aquí había dos clubs, el Básquet Aranjuez y el SAFA. Desde entonces, hay otros dos, el Villa de Aranjuez y nosotros. No ha cambiado nada".
La pasión por el baloncesto es compatible
con otros deportes.
En la imagen, con
Vicente del Bosque, seleccionador de fútbol.
De los seis equipos de la temporada 2007-08 se pasó a siete en la 08-09. Después, nueve en la 09-10, once en la 10-11, 16 en las dos temporadas siguientes y 17 en la actual. El club no ha parado de crecer, siempre manteniendo el equilibrio entre los equipos masculinos y femeninos. En la campaña 2013-14, hay nueve equipos femeninos y ocho masculinos.
"Ahora, un niño o una niña puede empezar aquí con 5 años y acabar su carrera deportiva en senior", dice el director técnico, quien apunta que"no solo hemos crecido en cantidad. También en calidad". La prueba es que todos los equipos comenzaron su andadura en las categorías más bajas pero ya hay tres en Preferente: un cadete femenino A1, un infantil femenino A2 y un infantil masculino también A2. Los responsable del club confían en que la escalada continúe en las próximas temporadas.
"Los entrenado-res son el motor de un club. Si ellos funcionan, el club funciona"Por todo ello, Patxi Calvo mira al futuro con optimismo: "Se puede decir que estamos en un momento muy bueno, pero creo que el mejor aún está por llegar".
Además de los 17 equipos federados, también ha crecido la escuela. De dos equipos en 2007 a cinco en la actualidad, dos benjamines y tres alevines (uno de ellos mixto) que compiten en los Campeonatos Escolares. Además, hay prebenjamines y niños que compiten con colegios pero entrenan allí. En total, el Olímpico Aranjuez mueve a cerca de 400 jugadores. También ha aumentado el número de técnicos, que ya son más de 30. Y en un club fundado por entrenadores no extraña que lo más importante sea precisamente el cuerpo técnico. Así lo asegura Patxi Calvo: "Uno de nuestros objetivos es tener un grupo estable de entrenadores. La experiencia nos ha enseñado que los entrenadores son el motor del club. Si ellos funcionan, el club funciona".
La colaboración con la ONG Basida refleja la filosofía del club.
Desde su creación, el Olímpico Aranjuez desarrolla su actividad en instalaciones municipales, cedidas por el ayuntamiento ribereño. En la actualidad, tiene horas disponibles en cinco pabellones: Domenico Scarlatti, Santa Teresa, San Fernando, San José de Calasanz y Carlos III. Tal variedad de instalaciones y los horarios laborales de los entrenadores hacen que el cuadrante de entrenamientos se convierta en un rompecabezas. Además, hay que competir contra los más de 50 clubs deportivos (balonmano, piragüismo, voleibol, tenis...) que hay en un municipio de apenas 57.000 habitantes. "El espíritu deportivo en este pueblo es increíble y todo el mundo necesita su instalación. Nosotros a veces nos quejamos, pero también hay que entender al ayuntamiento porque gestionar todo esto en la situación que vivimos es complicado. Y menos mal que el fútbol 11 es al aire libre, porque entonces no tendríamos pabellones para nadie...", bromea Vidal.
Una entrega de becas. A la izquierda, Vidal Díaz,
presidente
del club. A la derecha, José Núñez,
Delegado de
Deportes de Aranjuez.
El 90 por ciento de los jugadores del Olímpico viven en Aranjuez, aunque también llegan algunos desde municipios vecinos, como Ciempozuelos o Seseña. En el club no consideran que la distancia a Madrid capital sea un inconveniente sino todo lo contrario. "Cuando me vine a vivir aquí, me pareció una maravilla. En Madrid estabas todos los veranos con las cartas de libertad. Aquí es más difícil que venga un jugador de fuera, pero también que se marche, salvo que aparezca alguien muy bueno y le llamen", dice Patxi. En este último caso, cita con orgullo a Alberto Agoi, fichado por el Estudiantes en 2012, en edad infantil, y campeón de España de la categoría con la selección de Madrid.
Pero la marcha de los jugadores más prometedores no preocupa demasiado dentro del club. Vidal pone ejemplos con nombres propios: "Carlos Sánchez estuvo en el junior de Fuenlabrada y, aunque le ofrecieron jugar en Primera Nacional, ha vuelto. Héctor Jiménez está jugando en el EBA de Móstoles, pero, más tarde o más temprano, volverá. Y ojalá algún día vea a Alberto Agoi en la ACB, pero si no, tengo claro que es más de este club que todos nosotros juntos".
En la escuela, situada en el colegio San José de Calasanz, hay niños desde los 7 años.
Con el espectacular crecimiento en los últimos años, a primera vista se echa en falta un equipo senior de referencia, ya que tanto el masculino como el femenino militan en Segunda Autonómica, pero los responsables del club lo explican así: "Para nosotros, la formación está por encima de la competición. Lo que venga llegará poco a poco, con paciencia y con jugadores nuestros. Siempre hemos tenido claro que no queremos hacer la casa por el tejado. Lo primero es tener muchos equipos abajo, poner una base firme a la pirámide y si después nuestros chicos llegan a senior y ascienden, genial". La prioridades son otras:
"Lo que venga llegará con jugadores nuestros. No queremos hacer la casa por el tejado"
Ya tenemos tres equipos de cantera en Preferente, los dos infantiles y un cadete. Si en tan poco tiempo logramos meter otro, a los cuatro de abajo, será más importante que tener un LEB Plata".
Quizá detrás de esa filosofía formadora está la vocación de los entrenadores, muchos de ellos profesores. "Tenemos la labor pedagógica en la sangre -sentencia Vidal- y entendemos que, tarde o temprano, el trabajo da su recompensa. Por el camino te puedes encontrar zancadillas o alguien que te falle, pero como en otras facetas de la vida. Se supera y a seguir trabajando". Ser profesores tiene otra ventaja: "Cuando vemos a chicos altos en una clase, los cazamos al vuelo. Por ejemplo, de Seseña ya vienen diez chavales".
Aunque Vidal dice que "con 44 años, todavía nos quedan veinte de seguir entrenando", por detrás ya se prepara el relevo: jugadores junior o en los primeros años de senior que empiezan a entrenar en la escuela y después siguen con sus equipos en Preinfantil. "Esa continuidad genera confianza en los padres y en los hijos", señala.
El equipo cadete femenino compite en Preferente A1.
Ya está consolidado, pero el Olímpico Aranjuez no está libre de problemas. Ahora son los típicos de la competición, como tener que dejar fuera a jugadores por el límite de inscripciones. "En la escuela puede entrar todo el mundo, pero los cupos federativos son los que son y no podemos hacer nada".En los temidos descartes, la primera y la última palabra la tiene el entrenador: "Nuestra máxima es que nuestros entrenadores están con nosotros a sangre y fuego, igual que nosotros con ellos, porque aquí lo único que nos vale es el aspecto deportivo, el trabajo y el esfuerzo", asegura Vidal.
El crecimiento del club también se refleja en varias actividades, como la colaboración con la ONG Basida, que comenzó en 2009, las becas José Antonio Andrés (en material deportivo), la cena oficial (en la que cada uno se paga lo suyo), o el campus, que cumplió su segunda edición en 2013. Siempre dentro de la filosofía del Olímpico Aranjuez. "El campus es familiar, para que nuestra gente tenga un buen final de temporada. De hecho, la consigna para los entrenadores es que se diviertan. Si ellos se divierten, los jugadores también lo van a hacer". Porque al final todo se reduce a eso, a disfrutar con el baloncesto. "Este no es nuestro trabajo, no cobramos, en todo caso nos cuesta dinero y tiempo que quitamos a nuestras familias, pero merece la pena porque... ¡qué bien nos lo pasamos!"
Una imagen reciente del Olímpico Aranjuez.
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