“Este deporte es más
que un casco, un melón y dar hostias”
El mullido césped
de El Deleite nos sirve de punto de encuentro con Carlos Muñoz, 32 años,
ribereño residente en Zurich (Suiza). No es muy alto. No es muy corpulento. A priori no es ni muy alto ni muy corpulento y sus
ojos claros tras las gafas y la barba le dan un toque de empollón. En sus manos
porta un casco azul, una coraza y una camiseta con un gran número 22 que delatan de
lo que vamos a charlar en esta espléndida mañana.
Texto y Fotos: José Angel Rodríguez
P. Perdona que te
lo suelte así, a espetaperro, pero… ¿cómo le da a uno de Aranjuez por practicar
un deporte como este?
R. (Risas). El
fútbol americano me viene simplemente de verlo en casa de mi abuela cuando lo
ponían en Canal+. Decía: yo quiero ser uno de esos (más risas). Por aquel entonces, en Madrid, las únicas posibilidades
de jugar eran en Coslada o en Rivas. Así que acabé dedicándome al fútbol-sala.
Con él seguí incluso en la Universidad de Alcalá, donde estudié. Entonces jugaba
de portero en la selección de la Universidad, en el Parla y el FS Aranjuez,
ambos de Nacional A.
P. ¿Y no mataste
el gusanillo con el rugby?
R. Noooo. Para jugar al rugby se necesita ser un portento
físico. Lo que nosotros nos ponemos de armadura ya lo llevan ellos puesto
dentro (risas). Se nos compara pero
son deportes muy diferentes. ¿Es lo mismo pádel que tenis? El fútbol americano
es más explosivo, más estratégico, por eso desde fuera parece que estemos
siempre parados.
P. Entras en
contacto con el verdadero fútbol americano en Alemania…
R. Estuve allí en mi último año de Erasmus y seguí
jugando al fútbol-sala. Dio la casualidad que un equipo bastante famoso allí,
los Red Knights, se mudaron a Tubinga (al sur de Stuttgart) donde realicé el
doctorado en un área relacionada con la farmacia y la medicina. Era un equipo
que había jugado en 2ª División, cuando el pleno auge de este deporte en
Alemania (este país es el actual campeón de Europa) y se encontraba, por
compararlo en el fútbol, en 3ª. Hicieron un anuncio y probé.
P. Así que allí
que se planta el estudiante español con su bagaje de escuchar a Ponseti por la
tele.
R. Tal cual. La gente se imagina que este deporte es un
casco, un melón y tira p´lante dándote hostias pero no es así. Cuando llegué me
hicieron varias pruebas: haz esto, ahora esto y te van ubicando. Si eres un tío
grande, hermoso, ya sabes que vas a la trinchera (risas). Si eres chiquitito, a
correr y que no te pillen o a pillar al que corre (más risas). Me tocó coger el
balón y correr, de receptor, como venía de ser portero… Eso sí, el primer año
lo pasé en el banco porque en el primer partido de pretemporada me partí la
tibia, me desplacé el peroné y me rompí los ligamentos del tobillo. Así que con
mis muletas, las placas y los tornillos estuve toda la temporada aprendiendo
del juego en la banda.
P. Ufff…
R. Después entré en el equipo pero en la línea de
defensa. Ahora quería yo dar (risas).
Pero el equipo entonces estaba ya bastante formado y no tenía ninguna
posibilidad de jugar con continuidad.
P. ¿Tu experiencia
en el fútbol-sala no te sirvió, no se, para ser pateador?
R. Eso vino al final. Estuve en Alemania jugando cuatro
años (el resto del Erasmus y el doctorado) y en el último el chutador se
lesionó. Y dijeron, a ver, el español, pega al balón. Chuté. Hazlo otra vez. Y
otra vez. Y otra. Parece que lo hice bien porque me dijeron: hale, eres el
titular. Pasé de suplente en mi posición de cornerback (defensa lateral) a
primer pateador.
P. Y recaes en
Zurich…
R. Mi jefe actual conocía a mi jefe de Alemania y le
llamó en busca de alguien para el puesto en la Universidad. Eché el currículo,
hice la entrevista y me cogieron para 18 meses. Me queda aún hasta mayo del año
que viene. Vi que había dos equipos cercanos, en Zurich y en Winterthur. Me
informé y me dijeron que mejor Zurich, en la 1ª División. Comencé a leer más estrategia,
a ir más al gimnasio, cuidar más la dieta… Profesionalizarme más, aun sabiendo
que tenía pocas posibilidades, para dar guerra (risas).
P. Pasas de ser un
caballero (Knight) a ser un rebelde (Renegade)…
R. Sí, sí. Fui yendo a las pruebas y en noviembre de 2013
ya me dieron el visto bueno. Fue un salto de calidad. Ahora son tres días de
entrenamiento, dos o tres de gimnasio, clases teóricas con videos de jugadas,
actividades promocionales… Soy primer suplente con una misión más de marcar al
hombre mientras que el titular cubre más zona de pase. Hay un compañero
sudamericano que me llama “El Fajador” porque según él me va la marcha (risas).
P. Ese salto
cualitativo ¿en qué lo has notado?
R. En todo. Equipos como los Calanda Broncos (el Chelsea
de Suiza) traen jugadores americanos o alemanes con una exigencia física muy
alta. Fíjate, hay dos de ellos que los he tenido yo en mis Ligas Marca de las
universidades de EE.UU. y en nuestro equipo hay uno al que seguía hace años por
Youtube (risas).
Si llegamos a los play-offs, el año que viene jugaríamos
en Europa, pero es difícil. El club está en proceso de renovación porque el año
pasado se retiró por edad el 60% de la plantilla. Han subido a los juveniles, que
es la mejor cantera del país: cuatro títulos y una final en los últimos seis
años.
P. ¿Cuándo se
desarrolla la Liga?
R. Son seis equipos en 1ª División, se juega cuatro meses
y los play-offs. Comenzamos el 6 de abril -llevamos dos partidos, que hemos
perdido- y acabamos el 22 de junio.
P. Pregunta de
neófito: ¿Cuántas combinaciones de jugadas conocéis (sin volveros locos)?
R. (Sin mover un
músculo de la cara): Infinitas (carcajada).
En mi posición hay seis o siete básicas y luego están sus variantes dependiendo
del rival, por lo que hablamos de unas treinta jugadas diferentes. Si este se
pone aquí tú vas más a la izquierda, si este está aquí tú te retrasas. En vez
de correr y dar tres pasos a la izquierda vas a seguir recto y torcer 45 grados
al décimo. Se decide sobre la marcha: Azul 7. Azul, esta jugada base. 8, esta
variante. Es estrategia pura. Ajedrez. La diferencia táctica con el fútbol es
tal que mi entrenador me dijo que si a un grupo americano que no ha jugado
nunca al fútbol le pones a entrenar podrá ganar a España pero nunca se daría el
caso al revés. Y eso que en defensa es más fácil, por aquello de destruir
frente a crear, aunque he llegado a imprimir libros de jugadas de Liga
Universitaria de doscientas y pico páginas sólo de defensiva. Aún así mi
posición se resume en que si el receptor contrario va al baño tú le sigues (risas).
P. Dejamos el Edén
y regresamos al páramo, a España…
R. Jodío. Parece que vuelve a levantarse después de los
años de los desaparecidos Dragons de Barcelona con las Ligas Catalana,
Madrileña (ya no al nivel de los Osos o las Panteras) o Andaluza. Está la 1ª
División o Elite y una 2ª. Además la Federación Española ha dado un gran paso
al pasar de Asociación a ser Federación en apenas un año.
P. En tu caso, no
has jugado nunca en España pero sí entras en los planes de la selección…
R. En mi último año en Alemania, cuando pasé a chutador
titular, me puse en contacto con gente de España para que me diera referencias
de mis posibilidades. Hablé con un exjugador de los Dragons y le envíe unos
videos de mis patadas. Me adelantó que en esa posición era de lo mejor de
España y les remitió las imágenes y mis estadísticas a los seleccionadores. Me
contestaron que viniera a España para preparar el Europeo de Milán. Sin embargo
coincidieron en que tenía que escribir la tesis y que la selección, con el
presupuesto recortado, decidió al final no llevar a ningún especialista en ese
puesto. Me dieron la opción de sumarme por mi cuenta a la expedición pero la
tesis, el dinero de los viajes y los días de concentración en una ciudad diferente
cada vez hicieron que aquello se quedara en mi presencia en una concentración
en Las Rozas y en la próxima de Calatayud de cara a una Semana Grande de Fútbol
americano en Granada para el mes de junio.
P. Así que todo
está por llegar, hasta tu debut internacional…
R. Y me hace ilusión. En Las Rozas conocí personalmente a
la gente a la que conoces sólo por el nombre de seguir la Liga. Fíjate, pasó lo
que al revés de la vida… Con el casco y la máscara puesta les reconocía y decía,
hostia, éste es este, ese es ese (carcajadas).
Y en Calatayud pasará lo mismo, seguro. Bueno, pasará hasta conmigo (más risas).
PD:
Uno, que se quedó en los años de los fabulosos 49ers de San Francisco de Joe
Montana y Jerry Rice y que llegó a tiempo de los Cowboys de Dallas de Troy Aikman
y Emmitt Smith, está ya un poco descolgado, así que le pregunto a Carlos como
cierre cuál es su equipo favorito de la NFL. Me dice que los Giants de Nueva
York, pero que le motivan todos los que basen su poderío en la defensa: los
Steelers de Pittsburg y de los Chicago Bears. No es mala escuela, no.
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