Pablo Hernández, del Club Triatlón 28300, participó en la X edición del Triatlón de Barcelona celebrado el pasado día 8 en la ciudad condal.
Entre los 3.500 participantes entre todas las modalidades se encontró el ribereño Pablo Hernández, concursante en la disciplina olímpica junto con otros 1.500 deportistas.
Hernández finalizó con un tiempo total de 2h38´28", ocupando la 491ª posición de la general tras los segmentos de natación, ciclismo y atletismo.
"En los primeros metros recibo golpes como para no tener frío en todo el invierno que viene, aunque algún que otro también doy yo, ¡pero sin mala intención que conste!", cuenta.
El deportista explica que "el primer objetivo de la natación es la primera boya, un acierto el ponerla de color amarillo y del tamaño de un Bob Eponja gigante. Hay que dejerla a nuestra izquierda y seguir hasta la siguiente boya de color rojo. En esta segunda a la hora de acercarnos vuelvo a recibir y a repartir golpes".
"Superado ya el primer tramo, queda una recta de 600 m donde el grupo se va estirando y donde se puede nadar más cómodamente. Nuevo giro a la izquierda en la tercera boya roja con la sensación de que voy más cómodo que de costumbre y enfilamos de nuevo la misma recta en sentido contrario hasta la última boya que dejaremos a nuestra derecha para encarar así la orilla donde se nos marcaba la salida del agua".
Su tiempo parcial fue de 32´23" para 1.700 metros antes de afrontar el segmento ciclista, de 4 vueltas a un mismo trazado, circuito rápido con bastantes curvas, dos de 180º.
"Los grupos al inicio son pequeños, pero con el paso de las vueltas éstos se van haciendo más grandes, ya que se unen triatletas de otras olas e incluso participantes doblados. Me cuesta coger un grupo pero al comienzo de la segunda vuelta consigo engancharme a uno de cinco con los que acabaré todo el recorrido", continúa.
Hernández acabó esta fase con una marca de 1h07´ listo para correr 10 kilómetros.
"Poco a poco me voy viendo mejor y comienzo a adelantar a otros participantes, marcándome un buen ritmo. El recorrido era un tanto revirado, con varios giros de 180º que te hacían parar y volver a arrancar, mirando de recuperar el ritmo. En los últimos kilómetros mi cabeza piensa en que la cosa ya está hecha, así que toca disfrutar del público animando y pensar en la línea de meta", que alcanza tras 51´58" de carrera.
"En la última recta recuerdo las palabras de mi amigo y compañero Carlos Muñoz en la que me aconsejó disfrutar siempre del final y recojo a mi pequeño heredero y paso con el (cómo siempre hago) por la línea de meta disfrutando de cada instante y de la sensación tan gratificante que da saber que he conseguido acabar otra prueba más, superándome de nuevo y celebrándolo con los que más quiero mi familia".
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"En los primeros metros recibo golpes como para no tener frío en todo el invierno que viene, aunque algún que otro también doy yo, ¡pero sin mala intención que conste!", cuenta.
El deportista explica que "el primer objetivo de la natación es la primera boya, un acierto el ponerla de color amarillo y del tamaño de un Bob Eponja gigante. Hay que dejerla a nuestra izquierda y seguir hasta la siguiente boya de color rojo. En esta segunda a la hora de acercarnos vuelvo a recibir y a repartir golpes".
"Superado ya el primer tramo, queda una recta de 600 m donde el grupo se va estirando y donde se puede nadar más cómodamente. Nuevo giro a la izquierda en la tercera boya roja con la sensación de que voy más cómodo que de costumbre y enfilamos de nuevo la misma recta en sentido contrario hasta la última boya que dejaremos a nuestra derecha para encarar así la orilla donde se nos marcaba la salida del agua".
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"Poco a poco me voy viendo mejor y comienzo a adelantar a otros participantes, marcándome un buen ritmo. El recorrido era un tanto revirado, con varios giros de 180º que te hacían parar y volver a arrancar, mirando de recuperar el ritmo. En los últimos kilómetros mi cabeza piensa en que la cosa ya está hecha, así que toca disfrutar del público animando y pensar en la línea de meta", que alcanza tras 51´58" de carrera.
"En la última recta recuerdo las palabras de mi amigo y compañero Carlos Muñoz en la que me aconsejó disfrutar siempre del final y recojo a mi pequeño heredero y paso con el (cómo siempre hago) por la línea de meta disfrutando de cada instante y de la sensación tan gratificante que da saber que he conseguido acabar otra prueba más, superándome de nuevo y celebrándolo con los que más quiero mi familia".
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