Toros de Núñez del Cuvillo, disparejos, cómodos de cabeza, justos de fuerza y raza, noblotes (2º rajado, 4º soso, 5º protestón). Morante de la Puebla: Estocada desprendida trasera (oreja) y pinchazo hondo y estocada (ovación); Daniel Luque -nuevo en la plaza- estocada desprendida (dos orejas) y estocada (oreja); Roca Rey -nuevo en la plaza- estocada trasera (oreja) y estocada caída y dos descabellos - Aviso- (dos orejas). Real Plaza de Aranjuez, 30/05. Casi lleno con protocolo anti-Covid.
Se organizaron toros en Aranjuez y fue el acabose. Acabose el papel sanfernandino en las taquillas, acabose la pandemia por cómo estaba el coso, acabose la vergüenza por lo que salió por los chiqueros y acabose de una vez el prestigio de la plaza. Acabose la Fiesta. Descanse en paz. Amén.
El domingo patronal, júzguelo el avispado lector en cuanto eche un ojo a las fotos, cómo sería la cosa que hasta se avisó por megafonía de que la corrida podría retrasar su comienzo por las aglomeraciones de público aún en la entrada aunque dos horas antes ya estuvieran abiertas las puertas.
Como en el festejo anterior, en los tendidos se fumó, se comió (venga túper arriba y abajo), se bebió (bares en los bajos del recinto, vasos de plástico y botes con combinados de alta graduación en las localidades), las mascarillas en muchos casos fueron descapotables (‘es que hace mucho calor, hija’) y la distancia de seguridad brilló por su ausencia.
Tanto como las intervenciones de los policías nacionales y locales (algo más de control el primer día) más pendientes de la veintena de antitaurinos de fuera que de los miles de “taurinos” de dentro.
Porque esa fue otra, las inmediaciones del coso, la calle, las terrazas, los locales de hostelería… estuvieron a reventar de público ante la pasividad de las autoridades, cómplices del ambiente festivo, del aquí no pasa nada y del ¡Viva España!.
Allá en el redondel, trío de figuras, dos de ellas debutantes que pensarán de por vida que Aranjuez es un chollo y trofeos a espuertas ante un encierro disparejo, cómodo, descastado, noblote... en fin, lo que exigen por contrato los referidos al principio del párrafo.
Morante lució con el capote y su toreo por alto y por bajo en el principio de la faena muletera estuvo acompañado de su característico temple y sabor aderezado con los remates de la casa. Mejor con la diestra que con la zurda, no es que diera pellizco verle pero mató pronto y paseó medio ruedo con la oreja -la del toro- en la mano.
En el cuarto, chicuelinas y veroniqueo y brevedad con la franela, dejando algún chispazo. Banderilleó con más ganas que acierto destacando el tercer par al quiebro, muy gallista. Tanto como su providencial quite a una mano a Juan Contreras, subalterno de Luque, que además de efectivo tuvo toque añejo joselitista. Bien por el maestro colocado donde debe.
Daniel Luque -lo mismo que Roca Rey- exhibió un gran abanico de toreo con el capote. Con una variedad, gusto y profundidad desplegada en sus dos toros mayores que todo el cansino repertorio que alguna figura de relumbrón es capaz de instrumentar en dos temporadas completas.
Con el segundo estuvo sin agobios, dejando pases de la firma y tandas de redondos y de naturales que calaron. Se le otorgaron dos orejas que casi premiaron más la labor de conjunto de toda la lidia de un burel que acabó rajándose en tablas y al que Luque le hizo allí el meollo de la faena.
Tras otro catálogo con el capote al quinto -que también exhibió poca fuerza y raza- su labor con la pañosa tuvo luces (mano baja) y sombras (encimismo sin ton ni son) que finalizaron con la estocada y otra oreja.
El otro debutante, Roca Rey, desplegó también un muestrario de lances capoteros aprovechando el escaso gas del tercero, al que como a todos se le mimó en el caballo hasta convertir la suerte de varas en un simulacro.
Abrió la faena poniendo sobre el tapete estatuarios y cambios por la espalda y la prolongó con naturales largos y airosos remates. Oreja.
Con el que cerró el festejo, Roca Rey fue mejor cuando estuvo más sobrio bajando la mano derecha que cuando hizo algún desplante en la cara del fatigado animal. De hinojos y por la espalda en terrenos del 6 comenzó el trasteo pero el protestón sexto no le permitió tanto brillo y el peruano tiró por la calle del medio, esa que asegura los trofeos en plazas así como la nuestra.
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