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El Campeonato Escolar de Campo a Través no está, ni mucho menos, en su mejor momento. Por segundo año consecutivo su índice de participación ha disminuido.
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| Fuente: Elaboración propia con los datos de cada prueba ofrecidos por la Delegación de Deportes. |
Al término del Campeonato Escolar de Campo a Través que organiza la Delegación de Deportes la sensación de que esta actividad va a menos fue muy persistente en la última cita, la desarrollada el pasado sábado en el Raso de la Estrella.
Los apenas 300 corredores en once categorías (cinco masculinas y cinco femeninas más una mixta para personas con discapacidad) venían a sumarse a los participantes en las pruebas disputadas en El Deleite y el colegio Apóstol Santiago, cuyas cifras también han sido menores respecto a otros años.
De un tiempo a esta parte se ha hecho habitual el que haya categorías, sobre todo en las mayores, en las que ni siquiera se cubra el cupo de medallas previstas por los centros escolares (Salesianos Loyola y Apóstol Santiago) y la propia Delegación. Fueron 10, ahora son 15 y llegaron a ser 18.
Así, desde que el Raso se incorporara al circuito de crosses municipales (2010), los datos globales de participación han sido un continuo sube y baja con un paréntesis, grosso modo, de bonanza (2011-15). Desde entonces la tendencia es a la baja después del repunte pos-Covid.
La sangría no se ha detenido ni siquiera con los cambios sufridos en los recorridos, suavizado el de Loyola sin la cuesta de El Regajal y acortadas las distancias en el del Raso.
El descenso se enmarca en el comportamiento de la población escolar local, que lleva unos años abandonando la práctica deportiva que se realiza en los colegios o la que está ligada a la base. Los números apabullantes de los Juegos Escolares y su ramificación en el Fresi-Espárrago o el Campeonato Escolar de Atletismo en Pista lo demuestran.
En general, a la falta de iniciativa y del fomento de estas actividades en los propios centros educativos (desde el profesorado especializado a las Asociaciones de Padres de Alumnos) se añaden a que los programas de índole municipal no acaban de atraer a un público -niños y padres, monta tanto- que se decanta cada vez más por los derroteros que marcan los clubes.
Por no ir más lejos, la pasada temporada Aranjuez tuvo una amplísima oferta de equipos federados en las categorías que van de cadete a prebenjamín (renacuajo), que son las que abarcan el Campeonato Escolar de Cross y por ende el deporte base del que forma parte.
Dejando al margen a las diferentes escuelas -incluidas las de atletismo- y otras disciplinas minoritarias y ciñéndonos a los deportes más globalizados, en la 2022/23 para estas cinco categorías hubo 49 equipos de fútbol, 23 de baloncesto, 6 de balonmano y 2 de fútbol-sala en una oleada que no deja de crecer.
Teniendo en cuenta que la población infantil de Aranjuez es la que es y que la variedad de opciones deportivas cuyas competiciones coinciden mayoritariamente con la celebración de los crosses escolares es fácil colegir que otro de los factores en la decaída en la participación sea esta.
Los datos, sin más, hablan: 1.954 escolares en 2021, 1.586 en 2022 y 1.208 en 2023, lejos ya de los picos de 2013 y 2015. Quizá la tendencia también alcance a los crosses de primavera que organizan las AAPPAA de San Isidro, San Fernando y Carlos III, pero éstas no manejan datos concretos de participación.
¿Soluciones? Difícil de abordar cuando se conjugan oferta, demanda, moda, apatía...
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