Las obras de remodelación del Puente Largo no están dejando satisfechos al colectivo ciclista local. Bordillos, aceras y hasta escaleras tienen la culpa.
Los trabajos de remodelación que la Comunidad de Madrid está llevando a cabo en el Puente Largo de Aranjuez, construcción de la época de Carlos III (1757-1761) varias veces reformada por avatares bélicos, no acaban de gustar a los ciclistas ribereños.
Arcenes muy estrechos o que prácticamente desaparecen, bordillos que irrumpen de repente para conformar aceras, irregulares losas de piedra de Colmenar que amenazan resbalones y hasta tramos con tres escalones conjugan (mal, a su juicio), la recuperación del patrimonio histórico con la seguridad vial.
Miembros del 28300 Triatlón y del Club Ciclista Cultural Real Sitio ya han hecho oír sus voces críticas con las obras aún sin terminar.
"Que de repente circules por el arcén derecho, vayas a pasar el puente y que te encuentres con un bordillo que te obligue a frenar para no 'comértelo' es peligroso", comentan desde el club amarillo.
"A la izquierda no te puedes echar porque ya no existe arcén y entonces puedes optar por subirte a la estrecha y resbaladiza acera de piedra, eso sí bajándote de la bici para subir tres escalones que luego vuelves a bajar, o cruzar andando el puente. Subirte de nuevo a la bici después de recorrer la acera nueva e incorporarte al tráfico donde puedas", continúan.
"Eso es a la ida, camino de la Cuesta de la Reina" -aclaran desde el CCC- "porque de regreso el arcén derecho de la calzada se va estrechando hasta desembocar en el bordillo de la nueva acera y te ves obligado a repetir la operación de la ida, con el agravante de que al final de la acera ya está prácticamente encima la glorieta, así que incorporarte es aún más complicado".
La Comunidad ha invertido 1,5 millones de euros en la obra de recuperación de este Puente Largo o Puente Real, llamado por Carlos III "el rey de los puentes".
"Nos parece perfecto el cuidado de nuestro patrimonio pero hay que tener en cuenta que las necesidades de hoy no son las mismas que en el siglo XVIII y se podía haber puesto más cuidado en proteger al ciclista, más vulnerable que el coche, ya que tanto se presume ahora de rutas en bicicleta por toda la Comunidad", coinciden ambos colectivos.
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Arcenes muy estrechos o que prácticamente desaparecen, bordillos que irrumpen de repente para conformar aceras, irregulares losas de piedra de Colmenar que amenazan resbalones y hasta tramos con tres escalones conjugan (mal, a su juicio), la recuperación del patrimonio histórico con la seguridad vial.
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"Eso es a la ida, camino de la Cuesta de la Reina" -aclaran desde el CCC- "porque de regreso el arcén derecho de la calzada se va estrechando hasta desembocar en el bordillo de la nueva acera y te ves obligado a repetir la operación de la ida, con el agravante de que al final de la acera ya está prácticamente encima la glorieta, así que incorporarte es aún más complicado".
La Comunidad ha invertido 1,5 millones de euros en la obra de recuperación de este Puente Largo o Puente Real, llamado por Carlos III "el rey de los puentes".
"Nos parece perfecto el cuidado de nuestro patrimonio pero hay que tener en cuenta que las necesidades de hoy no son las mismas que en el siglo XVIII y se podía haber puesto más cuidado en proteger al ciclista, más vulnerable que el coche, ya que tanto se presume ahora de rutas en bicicleta por toda la Comunidad", coinciden ambos colectivos.
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