Una placa recuerda al cura Pepe en su condición de capellán y su afán de recuperación de la capilla de la Real Plaza de Toros de Aranjuez.
En el patio de cuadrillas y junto a la capilla. Desde hoy luce en la Real Plaza de Toros de Aranjuez una placa de azulejos que recuerda a José Ramos Domingo, el popular cura Pepe, en «recuerdo y homenaje a su labor y empeño en la recuperación de esta capilla».
El sacerdote, fallecido el pasado mes de agosto a los 71 años (la fecha del óbito ha debido ser rectificada en la placa), fue conocido sobre todo en los años 80 y 90 del pasado siglo por su labor pastoral y social en la ciudad, destacando la fundación del Albergue de Transeúntes San Vicente de Paúl en 1980 y aún hoy en marcha.
Al acto han acudido la alcaldesa y la delegada de Asuntos Taurinos en funciones, María José Martínez y Mercedes Rico, representantes tanto del propio Albergue como de su núcleo de colaboradores a lo largo de su paso por Aranjuez, en el que también fue profesor en el IES Doménico Scarlatti, y el gestor de la Real Plaza, Carlos Zúñiga, de Circuitos Taurinos.
En sus intervenciones todos han destacado la huella humana que dejó el cura Pepe en los diversos ámbitos en los que se implicó en la ciudad -hasta poesía escribió- y en el reconocimiento y recuerdo que aún perdura entre quienes le conocieron.
Enfrente de su azulejo está el dedicado al maestro de San Bernardo, otro Pepe. No es mala compañía, no.
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